Como ya os comenté en el anterior post, llevo unas semanas liada con el kéfir.
Como era de esperar, enseguida empezó a rondarme por la cabeza la idea de experimentar kéfir+pan y esta es la primera prueba, que fue a raíz de un error.
Se me olvidó que tenía el kéfir fermentando y lo dejé más de lo que debía, como resultado salió un líquido gaseoso con un gusto a limón muy fuerte, un poco difícil de beber. Por no tirarlo pensé en hacer un pan y, con suerte saldría con gusto a limón, qué cosa más original.
Antes de ponerme a la masa principal, hice una masa madre, la polish, como he hecho muchas otras veces y podéis ver aquí http://inventosenlacocina.blogspot.com/2009/12/mini-ciabattas-alargadas.html Lo único que en vez de agua puse kéfir http://inventosenlacocina.blogspot.com/2010/08/kefir-de-agua.html
Aun y así, este pan se puede hacer perfectamente sin polish.
- 400 gr. harina de trigo
- 1 cucharada rasa de miel
- ½ cucharadita de sal
- 260 ml. de kéfir de agua
- 1 paquetito levadura seca panadería Maizena (la que nos ha sobrado de la polish)
- 100 gr. de polish
Preparación:
Para amasar, casi siempre me ayudo de mi panificadora, así que introducimos todos los ingredientes en la cubeta (empezando por los líquidos y acabando con los secos) y lo ponemos en el programa “masa”.
Si lo vais a amasar a mano, en un recipiente ponemos todos los ingredientes y los mezclamos durante unos 10 minutos. En cuanto podamos ponemos la masa en una superficie lisa espolvoreada de harina y la seguimos trabajando un rato más. Dejamos reposar 1 hora y media en un lugar cálido y tapado con un paño.
Precalentamos el horno a 250ºC con un recipiente con agua en la parte de abajo para que libere vapor.
Una vez la masa ha doblado su volumen, nos disponemos a hacer los panes, les damos forma y los dejamos levar 30 minutos mínimo.
Cuando el horno esté bien caliente, introducimos el pan durante 7 minutos, luego lo bajamos a 210 ºC y lo dejamos 4 minutos más.